Alejandro
González Castillo
“¡No
se sienten!” La orden viene del escenario y se oye cuando apenas comienza la
noche, justo cuando la letra de “La boa” anuncia que “los que están bailando lo
saben, lo saben”. Obedientes, las parejas que colman la pista reconocen que no
volverán a sus respectivas mesas y agarran aire para seguírsela, preguntándose
“Dónde estás Yolanda”. “¿Van a bailar, sí o no?”, cuestionan luego los músicos bajo
reflectores, y los que todavía no se animaban van haciéndose cancha para
contonearse a gusto con “Bomboro quiñá quiñá”.
“Estamos con vida y eso es lo más importante. Por eso queremos dedicar esta presentación a quienes perdieron la lucha contra el Covid”, explican quienes mezclan las esencias que consiguen que el “Perfume de gardenias” reluzca esta noche. “Un poema hecho canción” firmado por Rafael Hernández El Jibarito, se recalca, y en las sombras algunas mejillas se rozan a lo largo del coro. Hay susurros entre pasos porque es el momento romántico de la cita, un instante que conecta bien con ese sueño prestado por la Sonora Matancera titulado “Ay cosita linda”: “Tan lindo tu cuerpecito / bailando ese meneíto”, cantan los danzantes acurrucados.
Conga, cencerro y güiro se amalgaman con precisión al tiempo que el tumbao del piano se sostiene gracias a la firmeza del contrabajo; al lado, las trompetas se armonizan brillantes, acentuando las historias que las voces cuentan: la del mudo y la del bote de vela, la de “Tita” y la del torero. Por allá, al fondo del Lunario, los pocos que se resisten a sacarle brillo al suelo dan un “Sorbito de champagne”, ocultando la “Congoja” que les causa contar con dos pies izquierdos. Como si eso importara, como si alguien se fijara en un detalle así. Porque claro, hay diestros bailarines esta noche, pero también quienes manifiestan su gozo ignorando reglas, únicamente pendientes de evitar el pisotón.
Sin parar, a los micrófonos llegan toda clase de peticiones escritas en servilleta: Uno solicita felicitación por cumplir 80, otros una mención por sus bodas de oro; algunos buscan que se les complazca con una tonada y los demás se conforman con un saludo. A ritmo de cumbia, danzón, chachachá, mambo, rumba, merengue y salsa, todos son atendidos. Desde el tipo que lleva años en las barras de los bares escondiendo sus lágrimas tras el humo de su cigarro (“Pagarás”), hasta la que de por vida ha desgajado su corazón ante miradas engañosas (“Ojitos mentirosos”). Sin embargo también hay espacio para las nuevas generaciones con la aparición de Cazador, quien dota de scratches y barras el clásico reptar de “La boa”.
“Somos La Única, Internacional Sonora Santanera. La de las canciones, las películas, los Grammys y la discoteca familiar”, apunta Tomás Cruz al micrófono, para luego hacer cuentas: “Ya son 67 años de historia musical”. “Pedacito de mi vida”, han de pensar los asistentes mientras piden otra y otra y Cruz simula que se rasca el oído, haciendo como que no oye. Cuando llegue el momento, el cantante acentuará la pregunta “¿para qué sirven las guerras?”, apuntada en “Mil horas”, aludiendo al conflicto entre Rusia y Ucrania. Nada gratuito el acto. Se advirtió al comienzo de la cita: estamos con vida y eso es lo más importante. Así que a disfrutar, a dos de tres caídas, mientras en el ring de la pista de baile hacen su coreografía el Santo, el Cavernario, Blue Demon y el Bulldog. ♪
Programa
La
boa / Dónde estás Yolanda / Bomboro quiñá quiñá / El mudo / Perfume de
gardenias /Ay cosita linda / La cumbia del torero / Por las calles de México /
Musita / Luces de Nueva York / La boa / Pagarás / Tita / Los aretes de la luna
/ Pedacito de mi vida / Mi razón / Te vi / Bonita y mentirosa / En un bote de
vela / Sorbito de champagne / Congoja / Ojitos mentirosos / Conteo regresivo /
La vida es un carnaval / La boa (con Cazador) / Los luchadores / Mil horas /
Estoy pensando en ti.
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