Foto: Fernando Aceves / Archivo Auditorio Nacional. |
2:10 h de duración / Promotor: Juan Miguel Herrera.
Julio Alejandro Quijano
Víctor Manuelle sabe que
algunas veces los hombres cometen errores. Por ejemplo, pasar con sus amigos
más tiempo del prudente. “Y entonces cuando llega uno a casa, la
esposa ya está en la cama durmiendo”, dice el salsero puertorriqueño, quien de
pronto detiene el ambiente en el que los pasillos ya se habían hecho angostos
para bailar.
Saca una bandera de
México. La coloca en el pedestal y con la sabiduría de la experiencia, sigue
con su parábola del hombre casado que ha caído en tentación. “Lo que procede es
acercarse a la cama y quitarle la sábana… ¡sólo hasta la cintura! Luego, usted
se acerca al oído de su mujer y con voz suave le dice así…”
Suena en ese momento la
orquesta con una introducción de varios segundos que alienta la expectativa. ¿Con
qué canción puede salvarse este hombre? Víctor Manuelle canta: “Amor como el
nuestro no hay dos en la vida / por más que se busque / por más que se esconda,
/ tú duermes conmigo toditas las noches”. Entre el público, las mujeres
suspiran y los hombres asienten con la cabeza en señal de “Claro, es difícil
resistirse a José José”.
Así comienza lo que el
salsero llama “mi tributo a un cantante que vamos a extrañar durante muchos
años”. La muerte de El Príncipe de la canción, en 2019, detonó la idea
de incluirlo en el concierto que por primera vez hace en el Auditorio Nacional.
“Cuando me dijeron que iba a estar en este foro, el más importante de México,
pensé en una forma de corresponder a esta distinción y no encontré mejor forma
que con esta historia”.
Porque no tan fácil se
perdona la irresponsabilidad de un hombre. Víctor Manuel lo sabe, así que los
consejos siguen: “Cuando la mujer despierta, quizá sea necesario recordar el
tamaño de nuestros sentimientos”. Otra vez se siente la curiosidad por escuchar
cuáles versos se pueden adaptar a la anécdota: “Casi todos sabemos querer /
pero pocos sabemos amar / y es que amar y querer no es igual”.
El amor de pareja, sin
embargo, no garantiza finales felices y el hombre no siempre es perdonado. Esto
da pretexto para que se cierre el tributo con “Qué triste fue decirnos adiós
/ cuando nos adorábamos más. / Hasta la golondrina emigró / presagiando el
final”.
Víctor Manuelle ha
atravesado tres décadas desde aquel 1985 en que Gilberto Santa Rosa fue a dar
un concierto a Puerto Rico y el joven cantante descubrió que tenía talento para
la música. “Desde entonces, me he mantenido fiel a la salsa”.
“Te pierdo y te pienso”
es una demostración de fe. Conocida como vallenato, el tema también es popular
en su versión. “Pero nunca la he cantado completa en vivo. En ningún país del
mundo la he interpretado, sólo existe en grabaciones de discos”.
Ahora piensa hacerlo y
por eso pide que todos enciendan la lámpara de sus teléfonos. Pero algo falla
entre sus músicos. Luego de un par de minutos se desespera y se dirige a ellos:
“Díganme si mejor hacemos otra canción”. Pero los casi diez mil fans le piden,
a gritos, esperar un poco. En segundos se arregla el desperfecto y suena el
estreno mundial en vivo de “Te pierdo y te pienso”.
Hace 20 años que Víctor
Manuel dio su primer concierto en la Ciudad de México. “Y cada vez que los
visito, el cariño siempre ha sido maravilloso. He tenido presentaciones
importantes, pero esta es una gran noche. Estoy en el escenario que han pisado
leyendas de la música. Y quiero dejar
aquí este mensaje”.
La frase anuncia “Que
suenen los tambores”, cover al tema del cubano Osmany Espinosa, que se
ha convertido en declaración de principios del salsero. Por eso, hacia la
estrofa final (Ay, que suenen los tambores / que cuando suenan se curan el
alma y los corazones…) alza la bandera de México, que ha estado todo este
tiempo en el pedestal de su micrófono, y la ondea en señal de buenos
deseos para sus fans. ♪
Programa
Si tú me besas / Apiádate
de mí / Que habrá sido de mí / Dile a ella / Tengo ganas de volver a enamorarme
/ Pensamiento y palabra / Amar y querer / Almohada / El triste / Te pierdo y te
pienso / Así es la mujer que amo / Si la ves / Tengo ganas / Mala y peligrosa /
Maldita suerte / Que suenen los tambores.
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