19 de diciembre, 2019 / Función única /
1:30 h de duración / Promotor: Universal Music México.
Alejandro González Castillo
Un
luchador de sumo, una rebanada de pizza, un abejorro, una mantis religiosa y un
hueso saltarín. Puros personajes de peluche con instrumentos eléctricos. Una
pandilla estrambótica liderada por un perro que le canta a la tristeza más
desgarradora que cualquier adolescente podría vivir: el momento en el que el crush en turno lo deja en visto vía
WhatsApp. Mientras tanto, un arcoíris inflable sirve como escenografía al
tiempo que la música recuerda lo producido por Niña y Porter en un pasado no
tan lejano. Es así como Películas Geniales abre la noche, y desde el primer
guitarrazo despiertan el éxtasis en los púberes que llenan el Lunario.
Se
advierte que el acto estelar de la noche está por tomar su turno cuando los de
los disfraces desaparecen y en las pantallas una serie de corazones de colores chillantes
parpadea para que la gritería suba de nivel. Por un segundo pareciera que
Parchis o Timbiriche preparan su arribo; sin embargo, son David, Alex, Andrik,
Max y Armando los que se paran frente a los micrófonos. Y lo hacen con el
desparpajo del bachiller que sale de su habitación luego de terminar la tarea
por la madrugada, para dirigirse amodorrados a la cocina y hurgar en el
refrigerador. Así, al abrir la puerta del frigorífico, los rostros de los
chicos se iluminan y los bocadillos sonoros van descongelándose.
Queda
claro entonces que si un punto de encuentro existe entre The Vaccines y Hombres
G, éste se halla en el cancionero de Drims. Y no sólo debido a que los de
Monterrey le abrieron recientemente un concierto a los ingleses, sino a que los
de “Todas las chicas”, tal como los de “El ataque de las chicas cocodrilo”,
procuran la celeridad rítmica tanto como el verbo urgente. Es decir, rebosan esas
ganas de decirlo todo en un párrafo, así como aquellas ansias por tocar lo más
rápido que sea posible sin que importe que los padres pongan el grito en el
cielo ante lo insano del volumen.
Sí,
hoy se vale ponerse desobedientes. Finalmente los que sobre el escenario
sacuden las cabelleras apenas rondan los veinte años de edad; poseen la
experiencia necesaria para instruir a quienes los escuchan no sólo sobre la
importancia de rebelarse con sosiego ante la autoridad paterna, sino respecto a
lo mucho que lastima añorar una sonrisa extraviada en el tiempo, o de cuánto
arde pasar de los arrumacos a los reclamos con apenas un emoticón como
intermediario.
Al
llevar una mano por su rizada cabellera, Alex hace de lado su fleco para
comunicar que tanto a él como a sus compañeros les cuesta creer que provoquen
tal grado de arrebato en el público. “Qué bonito, de verdad, verlos a todos,
así, cantando”, suelta luego de hacer una coreografía estilo boy band que pone al borde del quicio a
los presentes. Se habla entonces de tomar consciencia, de ser fuertes y estar
unidos hoy día, cuando los tiempos violentos imperan; “No olvidemos que si
hacemos las cosas bien, el amor siempre ganará”, comenta el cantante antes de
organizar el disparo de la infaltable selfie,
apretujado con sus colegas, a unos cuantos segundos de que los punteos surferos de “Saturno” se extingan.
Programa
Amanecer
/ Casa / Panda / Sonrisa / Flores / En medio del jardín / Paseos y colores / El
rastro / Encontrarnos / Calles / Deslumbras / Estoy / Dance / Palabras / ¿Qué
nos pasó? / Frío / Todas las chicas / Saturno.
Drims en Instagram: www.instagram.com/drimsband
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