En vivo desde el Met de Nueva York /
26 de octubre, 2019 / Función única / 4:10 hrs. de duración /
Promotor: Fideicomiso para el Uso y Aprovechamiento del Auditorio Nacional.
Fernando
Figueroa
Cuando
Lisette Oropesa era niña, su madre le decía con frecuencia que tenía dones para
convertirse en una gran intérprete de ópera. Por llevar la contraria, Lisette
estudió la carrera de música con especialidad en flauta. Después tomó clases de
canto y comprendió que su mamá tenía razón.
A
principios del año en curso, Oropesa ganó el Premio Richard Tucker para
cantantes jóvenes, y en la actual temporada del Met de Nueva York le
corresponden dos papeles principales en sendas óperas del canon: Manon de Jules Massenet y La Traviata de Giuseppe Verdi. Sólo la
primera de ellas dentro del programa HD
Live.
La Traviata
está programada para los tres primeros meses de 2020, así que por lo pronto Oropesa
cumple con buenas calificaciones su participación en Manon, al mismo tiempo que se enfrenta al fantasma de las comparaciones.
En 2012, Anna Netrebko deslumbró al público del Lincoln Center en el mismo
papel y pudo ser vista en la transmisión vía satélite.
La
diferencia entre ellas es que la rusa es una diva consagrada y Oropesa está en
vías de serlo. La soprano norteamericana tiene a su favor una figura menuda y
juvenil, lo que da credibilidad a un personaje de apenas 16 años cuando inicia
la historia. Sin embargo, están en etapa embrionaria los dones que le han
otorgado carisma y sensualidad sin par a Netrebko
La
privilegiada y ágil voz de Lisette Oropesa es por sí misma un gran espectáculo;
seguramente con el tiempo comprenderá que si Manon enloquece a Des Grieux
(Michael Fabiano, tenor) no es sólo por bonita y debe actuar en consecuencia.
Manon
está inspirada en Historia del caballero
Des Grieux y de Manon Lescaut, novela que el abad Antoine François Prévost d’Exiles
escribió con un afán edificante y moralista, pero la música de Massenet es un
derroche de erotismo que lleva la anécdota por impíos cauces.
El
libreto en francés de Henri Meilhac y Philippe Gille muestra a Manon como una dama
de apariencia cándida que viaja sola en diligencia rumbo a un convento. Luego
se sabe que sus familiares intentan recluirla para que atempere su excesivo y
temprano gusto por las cosas mundanas. En Amiens la recibe su primo Lescaut
(Artur Ruciński, barítono), un vividor que intenta ganar dinero poniéndola en
manos del noble De Brétigny (Brett Polegato, barítono).
El
joven Des Grieux se topa con Manon y el flechazo mutuo es instantáneo. Huyen a
París, donde viven en condiciones tan precarias que ella opta por los lujos que
le ofrece De Brétigny. Años después la joven se entera de que su exnovio está a
punto de convertirse en sacerdote; lo busca en la iglesia de Saint-Sulpice, lo
seduce ahí mismo y vuelven a vivir juntos.
Una
vez más, la falta de dinero mina la relación amorosa. Manon convence a Des
Grieux de ir a un casino para apostar lo poco que les queda; él acepta y gana
muchas apuestas contra Guillot de Morfontaine (Carlo Bosi, tenor), UN vejete
enamorado de la joven. Enfurecido, Guillot acusa a Des Grieux de hacer trampa.
Llega la policía y se lleva a la pareja; él es salvado por su padre, el Conde
Des Grieux (Kwangchul Youn, bajo) y ella es condenada a la deportación.
En
la escena final, Des Grieux hace planes a futuro mientras Manon, gravemente
enferma, recuerda los momentos felices y pide perdón antes de morir.
La
producción de Laurent Pelly es la misma en que se insertó la actuación de Anna Netrebko
hace siete años; la escenografía de Chantal Thomas se aprecia ortodoxa y funcional,
y el vestuario de Pelly recrea la ostentosa Bella Época.
Michael
Fabiano como Des Grieux luce una potentísima voz que no oculta cierta rigidez
actoral. Artur Ruciński es tan buen histrión como cantante y el resto del elenco
cumple en general con gran nivel. La orquesta (Maurizio Benini, director) y el
coro, como de costumbre, supremos.
En
la ponencia previa —dictada en el escenario del Auditorio Nacional y no en el
Lunario—, el maestro Sergio Vela recordó que el estreno de Manon se llevó a cabo el 19 de enero de 1884, en la Ópera Cómica de
París y que, nueve años después, Giacomo Puccini compuso su Manon Lescaut a partir de la misma
novela del abad Prévost.
Dos
obras maestras del arte total inspiradas
en la pluma de un clérigo rebelde, quien en la vida real supo de los avatares
del amor profano. ♪
Manon
en el Met de Nueva York: https://www.metopera.org/season/2019-20-season/manon/
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