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Foto: Carlos Alvar / Colección Auditorio Nacional. |
Lumi, un extraordinario invisible / 29 de septiembre, 2019 /
Función única / 1:00 h de duración / Promotor: FUAAN.
Julio
Alejandro Quijano
No
todos se animan de inmediato. Dudan porque se preguntan: ¿Qué habrá al final de
ese túnel? Quizá la luz. Pero también es posible que haya otro túnel. Los
payasos son los primeros en avanzar. Han entendido que se trata de un ciclo
inevitable: a la luz le sigue la oscuridad como la muerte a la vida.
Los
niños los siguen y detrás de ellos los papás. Lumi ha cumplido su misión: ha
tocado sus corazones. Ahora saben que una pérdida no es necesariamente dolor,
sino que quienes se quedan tienen razones también para el gozo. Por ejemplo,
recordar el día en que jugaron a volar. Mejor aún, ahora pueden, sin miedo a la
gravedad y sin importar que estén anclados a una silla de ruedas, volar de
verdad.
Así
sucede en Lumi, espectáculo que estrena la compañía clown
Triciclo Rojo en el Lunario del Auditorio Nacional y que se detona a partir de
una anécdota cruda: dos hermanos sufren un accidente; uno de ellos muere y el
otro queda paralítico.
Para
describir el espíritu de la obra, la productora Pilar del Campo hace una
metáfora: “Buscamos tocar un corazón infantil; queremos darle otro significado
a la muerte, ponerla desde un lado no trágico sino fantasioso”.
Eso
explica las alas en la silla de ruedas del niño protagonista, que después del
accidente se refugia en una azotea en donde conoce a cuatro payasos cuya vida
navega entre varias ilusiones: uno quiere permanecer en el aire, otro desea
estar sentado por siempre o simplemente dormir sobre un piano.
Y
lo pueden hacer porque arriba de ellos existe alguien que mueve sus hilos, como
si fueran marionetas llevadas una y otra vez a recordar y recrear sus momentos
felices.
“¡Ya
sé quién es!”, grita un niño cuando mira que uno de los payasos consigue volar
mientras está dormido. El papá, que estaba ocupado en un mensaje importante en
el teléfono celular, levanta la vista, pero no entiende a qué se refiere su
hijo. “¡Es Lumi, él los mueve desde el cielo!”, grita el niño en una epifanía
que hace sonreír al adulto. Ahora también él lo entiende: hay un ser invisible,
ubicado en algún lugar más allá del techo, que hace que cada uno de los clowns
descubra alguna capacidad extraordinaria.
La
distracción del papá no es motivo de reproche, pero sí se puede evitar.
Emiliano Cárdenas, otro de los fundadores de Triciclo Rojo, tiene incluso un Instructivo
paso a paso para ver Lumi.
“Las
manos se ponen al frente. La derecha, que es la que da, se pone con la palma
hacia abajo; la izquierda, que es la que recibe, se pone con la palma hacia
arriba”.
Luego
se juntan y se frotan hasta sentir la energía. “No se puede ver, es invisible,
pero se siente”, dice Cárdenas. “Se pasan ambas manos por atrás del cuello y se
expulsan las energías negativas con un grito”. ¡Y listo! No habrá mensaje
importante en el celular que distraiga la atención y perder de vista a Lumi.
Porque
después de hacer volar, también levanta de su silla de ruedas a otro de los
payasos. Y convierte a otro en un virtuoso del piano. Cada vez que sueñan,
descubren una habilidad nueva, siempre y cuando estén dentro de un sueño.
Por
eso al final la invitación de Lumi es a despertar, a salir del túnel de
fantasía en el que han vivido durante la obra. La ventaja es que ahora que ha
tocado sus corazones, saben, como dice Pilar, que no todo tiene que ser triste,
que vivimos un mundo donde se necesita nuestro amor. ♪
Triciclo
Rojo en Facebook: https://www.facebook.com/triciclorojodanzaclown/
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