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Foto: José Jorge Carreón / Archivo Auditorio Nacional. |
Rojo Tour / 20 de septiembre, 2019 / Función única /
2:13 hrs. de duración / Promotor: Ocesa Promotora S.A. de C.V.
Gustavo Emilio Rosales
La variedad es unidad. Los múltiples tamaños, afanes,
perspectivas, desplazamientos, gestos y sudores de la multitud parecen
coincidir en un solo horizonte: el amor al Amor, y son los hermanos Ortega
Castro, Raúl y José Luis, quienes se hacen cargo, por medio de más de dos decenas
de canciones, de hechizar lo diverso y transmutarlo en una sola voluntad que se
alimenta con deleite de sus voces.
Variopintos aspectos de los públicos que abarrotan el recinto
pueden dar cuenta de la fuerte carga emotiva de esta experiencia multitudinaria
referente a los vaivenes del loco corazón. Las muchachas en flor, acompañadas
de madre, tía o amiga, hablarían por medio de sus saltos, de piernas y de
pechos, impulsadas por las ganas de enlazar su vehemencia con el aún hipotético
hombre de su vida; los varones que
acompañan a una joven hermosa habrían de tejer un discurso de aproximación hacia
ella, para confirmar su tersa posesión o para tratar de inaugurarla en caso de
que permanezcan en la fatídica friend
zone. Los músicos que dan marco artístico al dueto fraternal, quienes desde
el inicio del concierto han pactado una armonía sonora de porte inquebrantable,
dirían de un mar de manos en alto, agitando sin cesar señales de energía que
parten de las bien templadas voces de Raúl y José Luis para multiplicarse hasta
la desmesura en ecos que son gritos, alaridos y aullidos silenciosos.
Río Roma encarna la potencia del código binario, en el que
dos cifras pueden dar lugar a innúmeras secuencias. En concordancia con esta
condición, el dúo ofrece temas que han convertido en apreciables cada uno de
sus cuatro álbumes, pero también canciones que logaron el éxito en voz de otros
artistas (escritas por José Luis, afamado compositor), como Alejandra Guzmán y las
también hermanas Ha*ash. En momentos cimeros de este afortunado inicio de su
gira Rojo, Raúl y José Luis son
visitados por las cantantes Edith Márquez y Karol G, con quienes interpretan,
respectivamente, los temas “Todavía no
te olvido” y ese himno no oficial al entusiasmo que es “Mi persona favorita”.
Ataviados
de manera formal o con ropa de cortes audaces, rodeados o no por un coro de
hermosas bailarinas, los hermanos Ortega mantienen un suave dominio sobre el
cúmulo de energías que su música desata. Si un espectador, que tuviera
perspectiva panorámica del interior del recinto, atestiguara lo que en él
sucede en ausencia de sonido probablemente creería que se trata de un recital
de rock o incluso heavy metal: ramillete de vibraciones contundentes,
espectadores que asumen parte activa porque durante mucho tiempo se mantienen
parados, festejando y bailando; danzarinas que agitan el éter con una mezcla
atinada de belleza y arrojo; músicos que sacuden el cuerpo velozmente,
provocando así deflagraciones emotivas que suscitan contagio. Río Roma, desde
el amanecer del recital, ha tenido el cuidado de bautizar este tono particular
del romanticismo pop, que es su sello inconfundible, con un adjetivo memorable:
rojo.
Rojo,
según la introducción en video con que da inicio el recital, es un color que
simboliza una gama de pasiones profundas, desde las trágicas hasta aquellas que
erotizan cuerpo y alma. La amplitud del catálogo de registros cromáticos del
rojo permite que las experiencias memorables de nuestro existir queden teñidas
con alguno de ellos. Roja ha de ser entonces la templanza que hace que Raúl
esté aquí, cantando a todo pulmón al lado de José Luis, después de haber
sufrido un infarto hace unos días, durante un vuelo de trabajo hacia Chile.
Alguna
variante especial del rojo, sin duda de carácter tenaz, ha de impregnar talento
y fe de estos hermanos músicos, quienes salieron hace lustros de su natal
Tulancingo, Hidalgo, para decidir y articular su suerte en la capital del país,
con una tenacidad a prueba de metralla. Mucho han madurado, a juzgar por la
distancia que hay entre los hombres que ahora gozan el embravecido aplauso y
mil piropos y los chicos que protagonizan el video de “Me cambiaste la vida”, su
primer gran sencillo. Sin embargo, permanecen y prevalecen las personalidades
afables, las voces calibradas y, sobre todo, la habilidad casi intuitiva para
producir amor y relatos de amor en los reinos del sonido y el silencio. ♪
Programa
Te
adiviné / Te quiero mucho, mucho / Contigo / Por eso te amo / Hoy es un buen
día / Barco de papel / Eres la persona correcta en el momento equivocado /
Caminar de tu mano / Princesa / Yo te prefiero a ti / Hilo rojo / Deberías
estar aquí / Popurrí: Día de suerte, Cambiaste mi vida, Perdón, perdón; Amigos
no, por favor / No lo beses / Todavía no te olvido / Tan sólo un minuto / Me
cambiaste la vida / Al fin te encontré / Mi persona favorita.
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