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Foto: Carlos Alvar / Colección Auditorio Nacional. |
Tour Parte 1 / 20 de junio, 2019 / Función única /
2:15 hrs. de duración / Promotor: Arca Producciones
Julio Alejandro Quijano
Brillan sus brazos.
También su pecho. Está sin playera. El sudor en la piel de este joven provoca
que la luz se refleje y haga parecer que está bañado por destellos diminutos.
Se acumulan sobre todo en el hombro derecho, donde tiene un tatuaje con el logo
de La Vela Puerca, esa especie de calavera afectada que fuma un grueso cigarro.
El joven levanta los
puños mientras Sebastián “El Enano” Teysera recorre las metáforas de “Llenos de
magia”: “Alguna piña llovió / y otro pesado cayó / que se den cuenta que estamos
cerca / de bandera la ilusión / y preparando la acción”.
Publicado en 2004, a este
tema se le ha tomado como un tributo a los activistas que lucharon contra la
dictadura uruguaya de los años 70 y 80. Teysera lo reafirma: “Ustedes lo saben:
nuestra meta como banda de rock ska es inspirarlos, impulsarlos a conseguir sus
sueños, a que luchen sus propias revoluciones”.
El fan que suda lo
escucha con la cara hacia el cielo. Detrás de él, una mujer con el cabello
mojado también de tanto sudar, grita y grita el coro a pesar de que la canción
ya terminó: “No va a aguantar, no va a aguantar”.
Igual que ellos, otros
mil jóvenes, algunos que brincan, otros que alzan los brazos y la mayoría que
repiten el mantra “hay muchas fieras para domar”, se dan ánimo para imaginar su
propia revuelta.
Estos versos explican la
manera en que La Vela Puerca ha sorteado la censura pero también es una muestra
del impacto de sus letras. Con la metáfora como su principal recurso, la banda
sobrevivió, por ejemplo, a la crisis del rock uruguayo en los noventa y
consiguió hacerse de público en Argentina y México.
“Nos ha costado mucho
trabajo llegar aquí porque a veces los latinoamericanos vivimos un poco sin
conocernos. Pero cada vez que estamos con ustedes, sentimos la fuerza de los
mexicanos. Nos ha costado trabajo, pero ha valido la pena”, dice Sebastián
Cebrerio, el otro vocalista. Porque La Vela Puerca es todo menos un grupo
convencional. “Somos una banda guitarrera”, dice Cebreiro en referencia a que
también tienen dos guitarristas.
No es extraño tampoco que de pronto dejen a un lado las consignas incendiarias y se pongan introspectivos. “En 25 años nos ha dado tiempo de todo, hasta de pensar en el futuro”, dice Sebastián al presentar “Respira”, una balada que se canta con los ojos cerrados para darle sentido a sus versos: “Ey ¿qué es lo que oís cuando hablas? / Ey, sentí como respiras / Ey, lo tuyo debe valer más / de lo que vos pensás / Y así sin más soñás”.
Este espíritu es el mismo
que provoca, más adelante, el momento teatral del show. El Enano de
pronto se detiene, parece que va a caer al suelo pero se aferra al pedestal del
micrófono. Se lleva las manos a la cabeza en señal de que la existencia lo
agobia y la vida cotidiana es demasiado. Los mil espectadores lo miran y lo
entienden: hay veces que no se saben las respuestas. De pronto alguien le
grita: “¡Vamos Enano, te queremos! ¡Tú puedes!”.
El cantante reacciona, se
yergue y empieza con “Va a escampar”, una declaración de optimismo que es
seguida por un coro que demuestra que cada uno de los que están aquí “hoy
asumen lo que venga / sea para bien, o todo mal / y aunque pierdan lo que
tengan / se van a morder para aguantar”.
Después de todo coinciden
con Sebastián, quien al despedirse les advierte: “El diablo no siempre gana, a
veces se carcajea de nosotros pero al final, sépanlo, va a escampar”. ♪
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Foto: Carlos Alvar / Colección Auditorio Nacional. |
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Foto: Carlos Alvar / Colección Auditorio Nacional. |
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