Foto: José Jorge Carreón / Colección Auditorio Nacional. |
25 años / 1 de junio, 2019 / Función única /
1:55 hrs. de duración / Promotor. Productora Liberihum S.A. de C.V.
Julio
Alejandro Quijano
“¿Tú
crees que la magia existe?”, le pregunta Joe a uno de los asistentes a su show.
La respuesta es un reflejo: “Claro que sí existe”, dice el hombre que está en
el escenario con un vaso lleno de agua sobre la cabeza. No fue difícil
convencerlo de que lo hiciera porque después de todo, Joe es un profesional
que, junto a su hermano Moy, celebra con esta función 25 años de mago.
“Bueno
—dice Joe—, si tú crees que existe, voltea el vaso sobre tu cabeza”.
Entonces
la respuesta ya no es tan clara. Ante la terca realidad que indica que se
mojará la cabeza, el voluntario duda.
Para
doblegar su razón, Joe pone de ejemplo a Moy. También lo obliga a ponerse un
vaso con agua en la cabeza. A ambos les pide que se concentren para que la
magia suceda. Como efecto añadido, los dos dan una vuelta con los ojos
cerrados… de modo que el voluntario no se da cuenta de que Moy aprovecha para
beber el agua.
“Abran
los ojos y volteen el vaso”, dice Joe. Su hermano lo hace y obviamente sale
seco del experimento. Pero el voluntario no quiere. El público lo incita, se
emociona con la posibilidad de que lo haga, pero la razón domina al hombre.
Joe
y Moy hacen trucos desde los seis años. “Las jóvenes promesas de la magia
mexicana”, les llaman en los promocionales, en alusión a una carrera que ya los
llevó a presentarse en Las Vegas pero también en la tienda de la esquina. Su
canal de YouTube tiene videos con los trucos que hacen en la calle con la
participación de los transeúntes de Polanco pero también con los cajeros de
supermercados. Desde amarrarse las agujetas sin usar las manos hasta convertir
un pollito de juguete en uno de verdad, los hermanos han grabado actos con los
que han entrado en la categoría de lo viral.
Pero
lo que más disfrutan es hacerlo en vivo. Desde el primer acto, Moy lo deja
claro: “Les prometo que hoy les vamos a demostrar que la magia existe”, dice
mientras aparece con un maletín. Dentro no carga dinero sino un pantalón, una
camisa y un cinturón que muestra al público.
Su
hermano Joe explica: “Como ustedes saben, existe el ilusionismo y existen los
actos de acercamiento, pero lo más difícil siempre ha sido el escapismo. Y esta
noche, Moy va a ejecutar un escape nunca antes visto. No va a zafarse de
cadenas ni candados, sino de sus pantalones”. Ante la posibilidad de verlo sin
ropa, pocos aplauden, pero Moy no se inhibe. “Creo que por ahí dos de ustedes
se emocionaron, así que lo voy a ejecutar”.
Con
la infaltable cortina de mago para cubrirse, en un par de segundos
efectivamente escapa de su ropa… pero para quedar atrapado en la muda que había
en el maletín.
El
aplauso es tan largo y escandaloso que los magos aprovechan para hacer un poco
de biografía: “No sólo creemos que existe la magia, también pensamos que los
sueños se cumplen. Nosotros aquí somos la prueba de ambas cosas”.
Al
final del show, Joe retoma el hilo de esta declaración de principios para
despedirse: “Tenemos la dicha de compartir una vida persiguiendo el mismo
sueño. Nunca olviden que la vida nos regala magia todos los días”. Y se toman
una selfie para terminar.
Y
si usted, que lee estas líneas, se pregunta qué paso con el voluntario del vaso
en la cabeza, es necesario que primero responda: “¿Cree en la magia?” Porque
ese hombre sí cree, volteó el vaso sobre su cabeza… y el agua había desaparecido.
Magia. ♪
Joey
y Moy en YouTube: www.youtube.com/channel/UCtgUikseD8sj9uzJ-RrH3cA
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