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Foto: Óscar Fuentes / Archivo Auditorio Nacional. |
Reciente / 8 de junio, 2019 / Función única /
2:10 hrs. de duración / Promotor: Gone Wild Productions.
Fernando
Figueroa
El
David Aguilar nació en Culiacán hace 35 años y en 2000 se hizo acreedor a la
Beca María Grever para Composición, estímulo que promueve la creación de música
popular mexicana en géneros como balada, bolero, trova, ranchero, pop, rock,
jazz, entre otros. A casi una década de distancia, es evidente que el sinaloense
supo aprovechar tal apoyo porque su cancionero abarca todas esas opciones con
gran nivel.
En
su segunda presentación en el Lunario, Aguilar aparece en escena con su
guitarra, a la que dedica un conmovedor tema (“Terca”): “Guitarra, entiende, no
seas terca, / de soledad ya se ha escrito tanto. / La enfrentaremos tú y yo de
cerca, / la repartimos con nuestro canto”.
También
hay un segmento mayor en el que lo acompañan Ulises Hadjis (caja de ritmos) y El Rolty Castaños (bajo), par de
cómplices que se encargan de crear ambientaciones sonoras. El venezolano Hadjis
ya había abierto la sesión en solitario con su artefacto musical y canciones propias
con sabor a pop alternativo y tropical; el sinaloense Castaños funge como
corista intermitente de un anfitrión que es un consumado silbador.
El
David Aguilar juega con el lenguaje y los sonidos de manera notable. Si una de
sus canciones se llama “Eco” es porque el contenido lírico lo justifica (“Una
mariposa posa sobre tu cabello bello / Mientras yo a cupido pido que entre mis
compases pases”); y algo similar sucede con la música, que en ese momento
aporta reverberaciones que relajan a un público extasiado cuya aportación es un
reverencial silencio.
De
padre compositor, Aguilar escuchó música norteña durante su infancia sin mayor
reparo, pero la rechazó de adolescente cuando el rock se filtró en sus venas.
Al paso de los años le regresó el gusto por sus orígenes y grabó un álbum en
honor a esos sonidos de origen balcánico: Ventarrón
(2014).
Cuando presenta una canción reciente, habla acerca de sus influencias: “Ésta tiene que ver con Juan Gabriel, Selena, Beatles y Sabina”. Se titula “Causa perdida” y, en efecto, todos los mencionados parecen asomarse en algún momento.
“Desordenada
canción la” parece un título mal escrito en el programa, pero en realidad es una
composición juguetona en la que se altera el orden de las palabras, sin que eso
impida que la gente entienda y se ría: “O ya de callo plano me con toda cosa
esta y redacción de clases a mejor me voy tomar”.
En
2017 Aguilar publicó el álbum Siguiente
y ese mismo año obtuvo el galardón Lunas del Auditorio como Revelación; por ese
material recibió cinco nominaciones a los premios Grammy Latino de 2018.
“Era
mi abuelo” suena indie y “Chispas al planetario” es una delicada bossa nova. La
nueva “Me vas a ver Tijuana” puede convertirse en un himno de los migrantes,
tal como ya lo es de los ciclistas “La cumbia de la bicicleta”, esta última la
canción más solicitada durante un show
que hace patente que hay compositores que, solos en el escenario, son multitud.
Programa
Cosmomanía
/ La de la libélula / De largo vi pasar tus dedos / Embrujo / Chispas al
planetario / Meteorito / Era mi abuelo / Frente a tus ojos / Me vas a ver
Tijuana / De la luna al sol / Desordenada canción la / Los árboles /
Desacreditación del poderoso – Cumbia de la bicicleta / En el café / Eco /
Causa perdida / Terca / Polvo de corazón / Rosa encendida / Lentejuelas.
Página
oficial de El David Aguilar: https://www.eldavidaguilar.com/
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Foto: Óscar Fuentes / Archivo Auditorio Nacional. |
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