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Foto: Met Live HD / Colección Auditorio Nacional. |
Transmisión de ópera en vivo desde el Met de Nueva York /
2 de marzo, 2019 / Función única / 2:55 hrs. de duración /
Promotor: Fideicomiso para el Uso y Aprovechamiento del Auditorio Nacional.
Fernando Figueroa
En
más de cien funciones del programa The
Metropolitan Opera HD Live que se han proyectado en la pantalla gigante del
Auditorio Nacional, jamás el público había aplaudido con tanta frecuencia e
intensidad como en esta ocasión. Quien motiva esas reacciones se llama Javier
Camarena, que también entusiasma hasta el paroxismo a los presentes en el
Lincoln Center.
Los
medios de comunicación transmitieron la noticia de que Camarena llevaba seis bises consecutivos del aria “Ah!, mes
amis, quel jour de fête”, en igual número de representaciones de La hija del regimiento, de Gaetano
Donizetti, y de la muy alta probabilidad de que sucediera por séptima ocasión.
El
gran desempeño del tenor veracruzano, desde el inicio de su participación de
hoy en el papel de Tonio, anuncia con claridad la inminencia del encore, el cual llega en su momento luego
de una larga e incesante ovación en el Met. Las cámaras muestran a todo tipo de
gente aplaudiendo y gritando en las butacas neoyorquinas, incluso un hombre adulto
con malformaciones congénitas cuyas pequeñas manos surgen de sus antebrazos, y una
adolescente que brinca emocionada. Todo eso es más que suficiente para hacer
nudos en las gargantas y provocar lágrimas en algunos espectadores de aquí y
allá.
Durante
el intermedio, Camarena manda saludos a México y dice que está viviendo
momentos muy felices en el Met, resultado de muchas horas de preparación.
También le da crédito a Pretty Yende, la soprano sudafricana que interpreta con
gracia y enorme calidad vocal a Marie, muchacha que fue criada por los soldados
de un batallón francés y de la cual Tonio está enamorado.
La
producción de Laurent Pelly es la misma de hace diez años con Juan Diego Flórez
y Natalie Dessay en los papeles principales, con escenografía de Chantal Thomas
en la que pueden verse planos cartográficos tanto en el piso como en las
supuestas montañas del Tirol.
En
el montaje actual la dirección escénica es de Christian Rath, portento de eficiencia
que genera sonrisas y carcajadas a granel. En una genial ópera cómica como
ésta, el timing en los diálogos
—escritos por Jules Henri Vernoy de St. Georges y Jean Françoise Bayard—es de
primordial importancia, y en este caso resulta impecable, aunado a
simpatiquísimos movimientos coreográficos que son responsabilidad de Laura
Scozzi.
La
vis cómica de Stephanie Blythe y de Maurizio Muraro le da mayor esplendor a la
puesta; la mezzosoprano estadounidense interpreta a la Marquesa de Berkenfield,
quien oculta el hecho de que es la mamá de Marie y que la abandonó desde muy
pequeña; el bajo barítono italiano es Sulpice, sargento del batallón cuyos
integrantes se consideran los papás de la joven.
Tonio
es un campesino tirolés que no duda en alistarse con el ejército enemigo
porque, quien desee casarse con Marie, deberá ser un soldado del bando francés,
de preferencia del batallón en el que ella hace labores de lavandera y
cocinera.
La
Marquesa rescata a su hija e intenta casarla con el siempre ausente Scipion,
sobrino de la Duquesa de Krakenthorp (papel con sólo diálogos hablados que
interpreta maravillosamente la actriz Kathleen Turner). Cuando Marie se entera
quién es su mamá, trata de complacerla y acepta el matrimonio por conveniencia,
pero entonces la Marquesa es quien cede y da su beneplácito a la unión de los
jóvenes enamorados.
Al
ser entrevistada, Pretty Yende comenta que los aparentes sonidos guturales de
Marie son en realidad palabras del dialecto sudafricano zulu, elemento cómico
agregado que es bien recibido por el público. Kathleen Turner dice que trabajar
en una ópera implica sobre todo exagerar voces y movimientos, es decir todo lo
contrario a la actuación en cine, teatro y televisión. Y Stephanie Blythe
afirma que le gusta desempeñar personajes “desagradables” porque tienen
características comunes a todos los seres humanos.
Finalizada
la función, el público del Met se vuelca una vez más en ovaciones estruendosas
para un elenco que se muestra feliz. Sólo falta el individuo de gafas rojas que
ha dirigido con alegría manifiesta a la orquesta; es el italiano Enrique
Mazzola, quien sale a recibir los aplausos que le corresponden a su batallón de
virtuosos. ♪
La hija del regimiento
en el Met:
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