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Foto: Marie Pain / Colección Auditorio Nacional. |
Show navideño / 12 de diciembre, 2018 / Función única /
2:20 hrs. de duración / Promotor: Promotora Liberhium S.A. de C.V.
Fernando Figueroa
Quienes
llegan temprano al Lunario para ver el show
navideño de Andreas Zanetti se topan con un personaje que entre las mesas
asegura que la función ha sido cancelada. “¡Y háganle como quieran!”, remata.
Nadie se preocupa porque el tipo en cuestión es Santa Claus con cabeza verde,
es decir, un Grinch.
El
espectáculo se lleva a cabo con un sold
out que pone de malas al enemigo público número uno de la Navidad. La gente
agotó el boletaje porque sabe que Zanetti es un excelente pianista, acompañado hoy
por otros cinco músicos virtuosos, y además conoce los secretos de la stand up comedy.
El
sonorense utiliza las costumbres del mexicano como materia prima para provocar
sonrisas y carcajadas. Le hace cosquillas al público cuando describe el casi desparecido
rito de poner un Nacimiento, cuyos animalitos de barro suelen tener sólo dos o
tres patas y un tamaño arbitrario. El árbol decembrino típico está adornado con
esferas rotas y las múltiples series de foquitos se enchufan en extensiones eléctricas
de dudosa calidad.
La
cena del 24 de diciembre es un agasajo, pero hay recalentados que duran una
eternidad y convierten el placer en martirio. Muchas decepciones se producen en
el momento de abrir los regalos, porque hay años en los que Santa Claus no tiene
ni en qué caerse muerto o no trae exactamente
lo que cada quien esperaba.
Zanetti
es un hombre positivo porque no ve el vaso medio lleno ni medio vacío: “en estos
tiempos si tienes un vaso puedes considerarte afortunado”. Su gran tesoro son
sus tres hijos: “uno que me adora y dos que me odian: un niño y dos
adolescentes, respectivamente. Cuando son pequeños, uno cree que nunca podrá
desprenderse de ellos porque son muy lindos, pero cuando llegan a la
adolescencia empiezas a pensar que en realidad no es mala idea”.
Desde
el piano lidera al grupo para interpretar fragmentos de villancicos y canciones
tradicionales. A su hijo mayor le cede el teclado unos minutos y, como invitada,
Carla Cerda canta un tema navideño escrito por su padre, Rubén Cerda, quien
vestido de Santa Claus explica cuál es el significado del árbol de Navidad: “Es
un pino porque su forma triangular representa al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo; el verde es la esperanza y termina en pico porque está apuntando al
cielo”.
Al
hacer un resumen de 2018, Zanetti dice que sobrevivió al proceso electoral y comenta
que ya fue a ver la película biográfica de Freddie Mercury; aprovecha ese
momento para interpretar trozos de “Somebody to love” y “Bohemian rhapsody”; en
esta última canción hace playback con
la voz del británico nacido en Tanzania, que inicia de forma estupenda y
termina mal por una supuesta falla técnica que pone en evidencia el truco: una
broma más, igual que cuando anuncia la presencia de Maribel Guardia en el
recinto y resulta falso.
Los
que sí reciben aplausos al ser presentados, son varios personajes del mundo del
espectáculo que esta noche, como público, gozan del show de Andreas Zanetti. Quien mayor reconocimiento recibe es
Héctor Suárez, definido como un “maestro de maestros”.
En
el cierre, Andreas pregunta de dónde vienen los espectadores; luego de cada
respuesta toca algunos compases típicos de esa localidad. Para un argentino va dedicada
una estupenda versión de “Por una cabeza”, y el adiós para todos llega,
exultante, con el “Huapango” de Moncayo. ♪
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Foto: Marie Pain / Colección Auditorio Nacional. |
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Foto: Marie Pain / Colección Auditorio Nacional. |
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