Camas separadas / 30 de noviembre, 2018 / Función única /
2:15 hrs. de duración / Promotor: Universal Music México S.A. de C.V.
Fernando Figueroa
En
el inicio del show, Daniela Spalla
porta un abrigo ligero confeccionado con mil plumas, una por cada asistente. Dice
que su madre vino desde Argentina para presenciar el concierto y, en vez de
pasearla por la Ciudad de México en los días previos, la puso a pegar cientos
de esas piezas que esta noche provocan que la joven cantante parezca un ave a
punto de levantar el vuelo.
Spalla
presenta su álbum Camas separadas
(Universal, 2018), un coctel de canciones de desamor y nostalgia, cuyas letras
son coreadas por un público compuesto básicamente por chicas que rondan las dos
décadas y que, por lo visto, algo saben acerca de corazones rotos. En
conferencia de medios previa, la intérprete comentó que el proceso de
composición le sirvió como terapia psicológica luego de un rompimiento amoroso,
y esta noche alude con frecuencia al poder sanador de la música.
La
sudamericana hizo su debut discográfico en 2005 con un álbum de covers en inglés. Vienen por nosotros (2014) la dio a conocer como compositora y
ahora eligió a Adán Jodorowsky como productor del nuevo material; entre ambos
consiguieron una obra que destaca por su unidad conceptual. No se trata de un
reclamo burdo dentro del subgénero “duro y contra ellos” sino de pop-rock fino
y elegante, con versos como éste de “Prefiero olvidarlo”: “Borrar y empezar de
cero / no quiero ensuciarte con tanto rencor”.
También
existe la propuesta de una despedida sentimental civilizada, un último viaje a
“Costa Rica” donde el pasado no exista. Es el momento en el que aparece Daniel
Zepeda con la consigna de hacer un sensual dueto con la anfitriona, que incluye
arrumacos de ida y vuelta. Por cierto, Zepeda abrió la sesión con su original combo
Daniel, Me Estás Matando, creadores —así lo proclaman— del bolero glam: un
homenaje a los tríos con temas románticos que pueden derivar en jazz, blues o
lo que les plazca.
Otra
invitada es Elsa y Elmar, solista con doble nombre que acompaña a Spalla en
“Viaje a la luna”, que habla del anhelo de evadirse de la realidad cuando las
cosas no andan bien. Luego, Daniela se queda a solas en el escenario para
ofrecer un tema frente al teclado y otro acompañándose de guitarra acústica El
vals peruano “Que nadie sepa mi sufrir” es el único cover de la noche.
La
liberación de tantos pasajes melancólicos llega en un balcón con vista al mar,
sin importar si la playa se llama “Pinamar” y está en Argentina, porque el
video puede grabarse en Acapulco y el tema cantarse gozosamente en un recinto
donde no cabe nadie más. Se trata de un rotundo sold out en el Lunario que tiene feliz a la intérprete y sus
seguidores, algunos de los cuales llegaron con pijama a solicitud de ella
mediante sus redes sociales.
Cuando
el fin se acerca, Daniela inicia “Vete de una vez” con el grupo que la ha
acompañado a lo largo de la sesión. De pronto, un gigante se apropia del centro
del escenario y ahí toca unos riffs
que quedarán para siempre en la memoria. Es Adán Jodorowsky convertido en
Adanowsky, quien así rubrica el éxito de la cordobesa avecindada en México
desde hace un lustro. ♪
Programa
Prometí
/ Insomnio / Canción decente / Trasatlántico / Costa Rica (con Daniel Zepeda) /
Estás pensando / Prefiero olvidarlo / Si no lo cortas / Los de siempre / Viaje
a la luna (con Elsa y Elmar) / Que nadie sepa mi sufrir / Pinamar / Amor
difícil / Volverás / Vete de una vez (con Adanowsky en la guitarra) / Estábamos
tan bien.
Página
oficial de Daniela Spalla: http://danielaspalla.mx/
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