Como en casa / 18 y 19 de octubre, 2018 / Dos funciones / 2:35 hrs. de duración /
Promotor: Fideicomiso para el Uso y Aprovechamiento del Auditorio Nacional.
Promotor: Fideicomiso para el Uso y Aprovechamiento del Auditorio Nacional.
David Cortés
“¡Guapa!”, le grita un espectador a Rosana en cuanto ella
toma su guitarra y se sienta. La nacida en Lanzarote, Islas Canarias, sonríe y
contesta: “Guapa no, pero limpia sí”. Sin mediar más palabras acomete su
instrumento y lo pulsa con energía. Hay en esa introducción un impulso rockero,
mismo que aparecerá intermitentemente a lo largo del concierto.
Quien apenas ingrese al Lunario pensará que la española
está enfadada. Nada de eso; lo suyo serán las canciones de amor, pero nunca le
da por ofrecerlas de manera melosa. Puede ser suave y tersa en ocasiones,
aunque las más de las veces, cuando canta, lo hace con brío y esa enjundia se
mete, poco a poco, en las fibras de los asistentes.
Rosana es habitual anfitriona en este recinto y se
comporta tan relajada como si estuviera en la sala de su casa —de hecho, la escenografía eso
representa—,
otorgando a la velada un carácter íntimo. Interactúa y sobre todo bromea con su
público. Ocasionalmente cuenta cómo le surgió una canción, pero cuando se
comunica con sus fans le gusta
hacerlo con humor.
Al
interpretar “Si tú no estás” se detiene a la mitad y reconviene al público: “Si
ustedes no se saben la canción después de tanto tiempo es porque seguro la hice
mal, porque se llama ‘Si tú no estás’ y al final ustedes dicen que se llama ‘Si
tú no estás aquí’”. Divide entonces a los asistentes en tres categorías y con
chispa imita cómo canta cada una, para finalmente darles instrucciones sobre la
manera correcta de hacerlo. Al retomar la canción dice: “Cuando ustedes cantan,
el mundo suena afinado”, para cerrar con un “¡fantástico!”.
A
pesar de que lo suyo es la canción cercana a la trova, Rosana recurre a
diferentes géneros para sazonar su repertorio. Algunas veces le da por el
reggae, en otras incluye un poco de rumba; al cantar recurre a los tonos altos
y ocasionalmente profiere un grito-lamento que hace más dramático un tema. Haga
lo que haga, nunca deja de entregarse y eso se percibe de inmediato y sus fans lo agradecen.
Eso
sí, muestran desacuerdo cuando ella comienza a amagar con despedirse. “Yo he
visto que eso pasa en todos los conciertos. Uno deja de tocar, se va allá atrás
y entonces ustedes comienzan a gritar ‘¡Otra, otra!’. Que miren que si no lo
hago, entonces no tendrán oportunidad de hacerlo”.
Sin
embargo, cuando llega el verdadero final, luego de elegir para el encore algunas de las que ella considera
sus mejores composiciones, la gente está satisfecha. Hay quienes creen que la
guitarra es un arma capaz de frenar a fascistas, pero Rosana está convencida de
que su instrumento sirve a fines como el amor, la felicidad y la esperanza. ♪
Programa
El
talismán / Contigo / Mi trozo de cielo / Carta urgente / Si Dios me quita la
vida / Aquel corazón / En la memoria de la piel / Magia / Si tú no estás / No
olvidarme de olvidar / Descubriéndote / Tormenta de arena / Sin miedo / Puede
ser / Quiéreme / Silencio / Recuerdos de un amor / Lunas rotas / Con los cinco
sentidos / A fuego lento / Agua de llorar / Hoy / Con el sol en la maleta / Que
te vaya bonito.
En Twitter: @RosanaOficial
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