Gira La familia festeja fuerte / 3 de octubre, 2018 / Función única /
2:10 hrs. de duración / Promotor: Operadora Eclectic S.A. de C.V.
2:10 hrs. de duración / Promotor: Operadora Eclectic S.A. de C.V.
Gina
Velázquez
Para Abel Pintos desde hace muchos años su
verdadera familia es el público que lo acompaña. Piensa que es un título que se
gana con el paso del tiempo, con respeto y confianza. La familia que tiene en
su natal Argentina es tan grande que el año pasado logró abarrotar dos veces el
estadio Monumental del equipo River Plate, con cuarenta mil personas cada
noche. En su segunda visita al Lunario se reencuentra con la parentela mexicana
que no es tan numerosa, pero agotó las localidades.
Con 23 años de carrera musical y doce
álbumes editados, el sudamericano se planta en el escenario emocionado,
nervioso e incrédulo por el caluroso recibimiento. Apenas suenan los primeros
acordes y el público comienza a celebrar o corear las letras. A él no le queda
más que decir: “Sentir tanta energía, tanto amor, es un privilegio para mí.”
El programa se basa en
las canciones de La familia festeja
fuerte (En vivo. Estadio River Plate), de 2018. Lo acompaña su banda
completa (dos guitarras, teclados, bajo, batería). Explica que en su país
“festejar fuerte” se refiere a “cuando algo se hace con mucho entusiasmo”. Igual
que en México, piensan muchos aquí.
Pintos quiere que todos
disfruten y compartan un recital, no un concierto: “Les ofrezco que nos
conozcamos esta noche y, ojalá, por muchos años.” Aunque sus músicos le dan
impulso, hay dos momentos en los que se queda casi solo para que las composiciones
hablen con más fuerza. Para “Mariposa” nada más necesita su guitarra y los
suspiros de la audiencia para cantar estas frases: “Es una fantasía tan
hermosa, un sueño sin fin. / Te veo ardiente, dulce y caprichosa, bailar para
mí”. Y en “Sin principio ni final” sólo lo acompaña el piano. Esta intimidad
establece una conexión singular con un público que termina robándole la voz cantante.
Él, emocionado, afirma: “Gracias por cantar así. De repente, cantan ustedes y
no queda nada”.
A sus 34 años es un
prodigio del escenario. No necesita hablar demasiado. Su voz profunda y baile
marcan la pauta. Su pop pasa por momentos enérgicos, como cuando todos bailan al
ritmo de “Tiempo”, o hipnóticos con “El beso”, cuando sus manos se enredan en
el aire y sus gestos suaves cautivan.
“La flor azul” regala un
poquito de sus inicios, pues incursionó en el folclore en su disco debut: Para cantar he nacido (1997). Confiesa
que la primera vez que vino a México, el año pasado, le sorprendió que la gente
le hablara de sus canciones recientes y añejas. Agradece porque todas son
recibidas con entusiasmo.
Hacia el final, el de Bahía
Blanca continúa fascinado por la energía que hay en el ambiente: “¡No puedo
creer que esté en México!”. Sencillo y agradecido, presenta a todo su equipo.
También pide aplausos para los que no se ven en escena. Además hace mención
especial a quienes viajaron muchos kilómetros para verlo aquí.
La euforia encuentra una
pausa cuando interpreta a capela “El antigal”. En un Lunario estremecido, lo
único que cabe es el sentimiento profundo de Abel. La sesión concluye con
“Aventura” y el recinto convertido en pista de baile. El final de la letra es
un guiño de la entrega del cantante y del vínculo que ha creado esta noche:
“Gracias a la vida y a Dios que te tengo y que puedo darte lo mejor de mí”. ♪
Programa
Cómo te extraño / Pájaro
cantor / Oncemil / El adivino / Mariposa / Sueño dorado / Cactus / Sin
principio ni final / Tanto amor / Aquí te espero / Ya estuve aquí / Tiempo / El
beso - Quisiera / La flor azul / Asuntos pendientes / El mar / No me olvides /
Motivos / De sólo vivir / Crónica / A-Dios / El antigal / La llave / Aventura.
Sitio oficial de Abel
Pintos https://www.abelpintos.com/
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