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Foto: Toni François / Archivo Auditorio Nacional.
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Buitres / 26 de septiembre, 2018 / Fecha única / 1:30 hrs. de duración /
Promotor: Fideicomiso para el Uso y Aprovechamiento del Auditorio Nacional
Alejandro
González Castillo
“¿Qué
pasa, raza? Éste es un concierto de rock and roll, ¿por qué están tan lejos?”. Es
así como Juan Galeano solicita hacer a un lado las mesas y sillas del Lunario,
argumentando que necesita sentir al público más cerca. La petición sucede cuando
el propio bajista y cantante, así como Daniel Álvarez en la guitarra y Andee
Zeta tras la batería, terminan de tocar “El naufragio (salvavidas)” y minutos después
de que Sierra León y Marcela Viejo se encargaran de abrir la reunión mientras
la audiencia los escuchaba cómodamente sentada. “Eso, así ya estamos mejor”, suelta
Juan una vez que el mobiliario es desechado.
Se
presenta hoy en directo Buitres, el
más reciente álbum de los colombianos. Para llegar él, sus creadores grabaron
previamente tres platos (Diamante eléctrico,
B y La gran oscilación) y
recorrieron su tierra natal a la caza de oídos. En poco tiempo pasaron de
presentarse en festivales locales, como Rock al Parque y Estéreo Picnic, a
hacer lo propio en la Latin Alternative Music Conference (Nueva York) y los
festivales Coachella (Estados Unidos) y Vive Latino.
En
su andar, ganaron un Grammy Latino, la oportunidad de abrirle un concierto a The
Rolling Stones y la atención del apodado “profeta de la industria musical”, Bob
Lefsetz, quien de ellos dijo: “suenan como una fusión entre Green Day y Muse,
con un toque de Led Zeppelin”.
De
manera que el trío tiene tablas. Y lo demuestra al repasar las composiciones
donde la influencia de Charly García es evidente; ejemplos: “Hacia la noche”,
“Oro” y “Rotos”, temas donde guitarras funky y sintetizadores new wave envuelven
pegajosos coros de falsete constante. “Este lugar es demasiado mágico”, revela
el de la chamarra de piel entre cantos, observando los muros del foro, paseándose
con su bajo por el escenario para finalmente llegar a Daniel y apuntar hacia la
guitarra que marca el ritmo con el cual el público sacude las caderas. Mientras
tanto, al fondo, Andee observa sin soltar las baquetas, atento de las
secuencias con las que empata su desempeño.
Sin
embargo, no sólo ganchos pop producen los de Bogotá. “Para los que no nos
conocían, deben saber que tenemos una historia rocanrolera”, comentan a
propósito de la tanda de canciones que con el blues como fuente de poder
ejecutan. En ese camino se encuentran “Al vacío”, “Revólver” y “Duele como yo”.
La última, dueña de un solo de guitarra que a Keith Richards pondría sonriente.
Por
su lado, “Todo va a arder” es un homenaje tropical a Black Rebel Motorcycle
Club, pero además la justificación precisa para que Zeta abandone su
instrumento y se pierda en la multitud, al tiempo que sus colegas chocan
frentes en el escenario. “¡Qué calorón!”, exclama Galeano al final, apagando
así los relámpagos que operan como íes
en las palabras que las pantallas proyectan. Los dos vocablos que tantas palmas
provocaron esta noche: Diamante Eléctrico. ♪
Programa
El
naufragio (salvavidas) / Las horas / Rotos / Revólver / Déjala rodar / Kamikaze
/ Duele como yo / Hacia la noche / Olvidar es divino / Al vacío / Oro / Todo va
a arder / Combustión / Días raros.
Página
oficial de Diamante Eléctrico: www.diamanteelectrico.com
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Foto: Toni François / Archivo Auditorio Nacional. |
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Foto: Toni François / Archivo Auditorio Nacional. |
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Foto: Toni François / Archivo Auditorio Nacional. |
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