Foto: Fernando Aceves / Colección Auditorio Nacional. |
7 de julio, 2018 / Función única / 1:40 hrs. de duración /
Promotor: OCESA Promotora S.A. de C.V.
Alejandro González Castillo
Cuentan
que el mejor remedio para el resentimiento es el perdón. Desafortunadamente la
condonación no se les da a todos y los poseedores de esa enfermedad llamada
rencor muchas veces no tienen otra opción que liberarse del enfado y el dolor
acercándose a la música, específicamente a un repertorio como el que esta noche
presenta Lupita D’Alessio, quien, como profesional terapeuta, relaja a sus
pacientes seguidores apenas arranca el concierto: “Ustedes tranquilos, que yo
me encargo de que salgan contentos de aquí”.
Y
vaya que la mujer está capacitada para cumplir su promesa. Éxitos le sobran. Su
salto a la fama tuvo lugar a mediados de los años setenta, cuando cantó el tema
de la telenovela Mundo de juguete; un
arranque cándido que impedía imaginar la fiereza que en el futuro
caracterizaría a la nacida en Tijuana. “Llegó La Leona…”, anuncia hoy la cantante al empuñar el micrófono para de
inmediato completar la frase, “… La Leona
Dormida ha llegado”, y con el índice apuntando peligrosamente a todas
partes entonar que no piensa discutir ni hacer escenas sino, simplemente, poner
a salvo su corazón. “Ni guerra ni paz”, sentencia, revelando que su plan es
seguir de frente.
Sin
embargo, los esfuerzos por no mencionar a ese “falso enano rencoroso” que tanto
daño hizo no siempre rinden frutos. De pronto resulta inevitable traerlo a
cuento para recordar lo celoso y presumido, lo necio y egoísta que fue. En ese
sentido, “Qué ganas de no verte nunca más” concentra los sentimientos más
oscuros que dicho individuo desata, un tema aprovechado para que las pantallas
proyecten inmensos icebergs y aparatosas fogatas; gélidas caricias y ardiente
ira. “¿Cuántas leonas hay aquí?”, inquiere la intérprete, a la búsqueda de
cómplices con las cuales soltar lágrimas a gusto, sintetizando décadas de
carrera en un popurrí donde sobresale una tonada conciliadora, extraviada entre
tanta hostilidad: “Como tú”.
“Estoy
orgullosa de ser mexicana, así como de pisar un escenario tan maravilloso como
éste”, admite Lupita al sonreírle a quienes le aplauden y evocar el sonido del
mariachi con “Inocente pobre amiga”, aunque después elude los arreglos
rancheros de “Costumbres” para inclinarse por el funk. Con el ánimo
revitalizado, reafirma su modo de encarar el mundo: “Para mí, despertar cada
día es una aventura, he ido aprendiendo que luchar es lo que me da fuerza”,
cuenta emocionada. Es así como el terreno se alista para la llegada de “Mudanzas”,
himno donde las maletas simbolizan libertad y los cambios de residencia operan como
trasplantes de corazón.
“Y
sacar mis sentimientos y resentimientos todos”, recita D’Alessio, acentuando
con fuerza todas las vocales, acompañada por quienes, como ella, ya echaron
fuera casi todo lo que atorado traían. Sí, casi todo, porque todavía falta una
más por cantar: “Mentiras”. “Gracias por tantos años de fidelidad a esta
mujer”, dice al final barriendo con las manos su torso, segura de la sinceridad
en la ovación de pie que recibe y también con la certeza de que varios están a
punto de salir del foro con la mano en la barbilla y una pregunta rondando sus mentes:
¿será que el momento de perdonar ha llegado? ♪
Programa:
Aquí
estoy yo / Tiempo de rosas / Hazme olvidarlo / Ni guerra ni paz / Leona dormida
/ No preguntes con quién / Qué ganas de no verte nunca más / Popurrí / Inocente
pobre amiga / Ese hombre / Costumbres / Yo sigo aquí / Acaríciame / Mudanzas /
Mentiras.
Lupita
D’Alessio (sitio oficial): www.lupitadalessio.com
Foto: Fernando Aceves / Colección Auditorio Nacional. |
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