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Foto: Marie Pain / Colección Auditorio Nacional. |
2:10 hrs. de duración / Promotor: OCESA Promotora
S.A. de C.V.
David
Cortés
El suelo se mueve, es un movimiento
continuo, trepidatorio. Afortunadamente no se trata de un sismo. Aunque la
sacudida se percibe fuerte, es causada por más de mil almas que responden a la
convocatoria de Izal, grupo madrileño integrado por Mike Izal (voz, guitarra),
Alejandro Jordá (batería), Emanuel Pérez (bajo), Alberto Pérez (guitarras) e
Iván Mella (teclados), que visita por cuarta vez esta ciudad.
El pretexto de la cita es Autoterapia, pero antes de llegar al
repaso de los temas de ésa y otras producciones, sube la cuarteta colombiana de
Oh’laville a caldear un poco la noche. Lo consiguen sin mucha dificultad porque
en el ambiente la expectación por recibir a los anfitriones es palpable.
Luego de ocho años de formado, el
quinteto español comienza a cosechar lo sembrado. Izal, compositor de la
mayoría de los temas y líder de la agrupación, lo recuerda en uno de esos
momenos en los que, exultante, se dirige a los asistentes: “¿De dónde han salido
mil mexicanos esta noche? No saben lo difícil que es llegar aquí y lo bien que
se siente que te reciban así”.
La veta que exploran estos europeos es
la del pop rock, pero como otras agrupaciones, una cara es la que registran en
grabación y otra la que muestran en vivo, porque el sonido en directo es más
áspero, rockero, muy enérgico. Izal tiene una voz peculiar y su canto lo
perpetra desde el estómago; su timbre suena más emotivo, con un temblor apenas
advertible y esa garra que pone en cada interpretación la replican con creces
los cuatro instrumentistas.
La ausencia de cambios en sus filas desde
su formación se ha convertido en virtud en la forma de matizar. Cuando la
energía amenaza convertirse en imparable torrente, aparece intempestivamente un
descenso, el espacio que da pie a una sutileza del piano, a un melodioso solo
de guitarra o a la incorporación del ukelele porque, en medio de esa andanada
sonora, hay espacios para el folk, para hacer guiños al flamenco o esparcir un
poco de funk con el teclado.
En apariencia Izal es ecléctico; sin embargo, hay un balance sonoro que
marca todas sus canciones hoy coreadas a grito abierto, con mucho placer y sin
dejar de brincar: “Yo sólo pido pausa y tú
me das ojos de huracán. / Yo sólo pido calma y tú haces espuma el agua del mar.
/ Sólo pido silencio y gritas que no digo la verdad”, o “Que tu ferocidad me deje huella, /
que ahuyente mi maldad / y aleje bestias. / Que
ponga en su lugar pura inocencia / la que hoy cubre tu cuerpo / sin darte
cuenta”.
Izal ofrece un concierto memorable, pero si sus temas y la manera de
entregarlos no fueran suficientes, se aseguran de dar un toque único. Todos los
presentes, además de esa cara de placer que da escuchar sus temas favoritos,
abandonan el lugar con un EP que el
grupo les ha regalado con un título inolvidable: Izal. 19 de abril de 2018. Lunario. ♪
Programa
Autoterapia / Ruido blanco / Copacabana / Pausa / Pequeña gran
revolución / Despedida / Hambre / Agujeros de gusano / Tóxica / Santa paz / Tu
continente / Los seres que me llenan / La increíble historia del hombre que
podía volar pero no sabía cómo / Qué bien / Pánico práctico / Asuntos delicados
/ Magia y efectos especiales / La mujer de verde / El baile / El pozo.
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Foto: Marie Pain / Colección Auditorio Nacional. |
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Foto: Marie Pain / Colección Auditorio Nacional. |
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Foto: Marie Pain / Colección Auditorio Nacional. |
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