Transmisión
de ópera en vivo desde el Met de Nueva York, en pantalla gigante
de alta definición. Temporada 2017-2018 / Función única / 3:50 hrs. de duración /
Promotor: Fideicomiso para el Uso y Aprovechamiento del Auditorio Nacional.
de alta definición. Temporada 2017-2018 / Función única / 3:50 hrs. de duración /
Promotor: Fideicomiso para el Uso y Aprovechamiento del Auditorio Nacional.
Fernando Figueroa
Luego
de varios años de espera, el público mexicano puede ver por vez primera a
Javier Camarena en las transmisiones en vivo desde el Met de Nueva York. Lo que
se observa es un gran aprecio por su trabajo de parte de quienes ocupan las
butacas en el Lincoln Center, donde el tenor ha dado varias muestras de su excepcional
talento.
En
el intermedio es entrevistado por el barítono inglés Christopher Maltman, quien
con palabras y gestos le demuestra una admiración enorme. Camarena agradece los
elogios y aprovecha la ocasión para enviar saludos a México, en especial a
quienes están en el Auditorio Nacional; la emoción en Reforma y Campo Marte se
manifiesta con aplausos, alaridos y pieles erizadas difíciles de cuantificar.
Camarena
pertenece a la elite de cantantes —junto a Pavarotti y Juan Diego Flórez— que
ha ejecutado un bis en el Met durante
las últimas siete décadas, y es el único que lo ha conseguido en dos
producciones consecutivas: La cenicienta
(2014) y Don Pasquale (2016).
Ahora
interpreta magistralmente a Idreno en Semiramide,
ópera de Gioachino Rossini (1792-1868), que hace veinticinco años no se montaba
en Manhattan por lo difícil que resulta conformar un reparto a la altura de los
retos que plantea esta joya belcantista.
Sus dos largos pasajes en solitario los resuelve con virtuosismo y naturalidad,
y se muestra sereno y confiado en cantos colectivos.
El
resto del elenco está a la misma altura del nacido en Xalapa. La soprano Angela
Meade muestra excelente técnica vocal y gran resistencia física al enfrentar un
primer acto tan exigente para el rol protagónico. La mezzosoprano Isabel
DeShong como Arsace nunca parece un hombre pero gracias a su voz sale avante
del reto. El bajo barítono Ryan Speedo Green es muy convincente en canto y
actuación en el papel del sumo sacerdote Oroe, y lo mismo puede decirse del
bajo Ildar Abdrazakov como Assur.
La
truculenta Semiramide gobierna Babilonia luego de haber matado a su marido Nino;
Assur fue cómplice con la esperanza de convertirse en el nuevo rey. La reina
tiene otros planes: desea casarse con el militar Arsace sin que ambos sepan,
inicialmente, que son madre e hijo y, además, él pretende a la joven Azema.
Oroe revela a Arsace su identidad, le informa que Semiramide mató a Nino con la
ayuda de Assur y le exige venganza. Idreno ama a Azema, aunque ella sólo tiene
ojos para Arsace.
La
divinidad impone su ley cuando Arsace mata por accidente a su madre y Assur es
detenido. Arsace y Azema se unen e Idreno es derrotado en la lid amorosa. Tal
es a grandes rasgos la anécdota que se narra en el libreto de Gaetano Rossi,
basado en Semiramide, de Voltaire.
En
la charla introductoria, en el Lunario, el maestro Sergio Vela comentó que Semiramide
gobernó en Asiria aproximadamente entre los años 811 y 808 antes de Cristo, tal
como se comprueba en estelas y papiros, pero su verdadera historia se confunde
con la leyenda creada a partir de la imaginación de historiadores griegos que
la llamaron Semíramis.
Aunque
Rossini es más conocido por comedias como El
barbero de Sevilla, El conde Ory,
La Cenicienta y La italiana en Argel, entre otras, también fue un gran compositor
de óperas serias cuya cúspide es Semiramide,
la cual inicia con una obertura de doce minutos que por sí sola justifica el costo
del boleto, sobre todo si se trata de la orquesta del Met, en esta ocasión
dirigida por Maurizio Benini.
En
la escenografía de John Conklin y en el vestuario de Michael Stennett reinan la
grandilocuencia y el artificio. Los mismos muros de cartón piedra sirven, con
pequeñas variantes, para mostrar el templo sagrado, el palacio de gobierno y
hasta la tumba del rey asesinado; las ropas pretenden un lujo que se percibe
hechizo. Pero todo eso resulta secundario, pues la función tiene un cariz
histórico por la reunión de voces prodigiosas que enaltecen el talento y la
creatividad de Gioachino Rossini. ♪
Camarena y compañía
•
Al ser consultado acerca de las claves de su éxito profesional, Javier Camarena
comentó: “Es trabajo duro, muchas horas de práctica”. Le pidieron un consejo
para los jóvenes cantantes y esto dijo: “Tengan paciencia, vayan paso a paso,
sean inteligentes, astutos, y tengan confianza en sí mismos”.
•
Sobre la forma en que consigue notas tan altas: “Es como dar en el blanco, hay
un punto específico que tienes que alcanzar sin presionarte, relajado”. De
Rossini: “En cada una de sus notas hay una emoción”.
•
Para Angela Meade (“agotada y emocionada” durante el intermedio) lo más
importante al interpretar a Semiramide es “olvidarte de las notas y meterte
realmente en el personaje”.
•
Ryan Speedo Green, cuya vida está plasmada en el libro biográfico Sing for your life, comentó que su peor
experiencia fue estar detenido durante dos meses en un reformatorio cuando
apenas tenía 12 años. A los 15 vio su primera ópera en el Met: Carmen, de Bizet, con la afroamericana
Denyce Graves en el rol principal; en ese momento pensó: “Ella es alguien que
se parece a mí, así que yo también puedo hacerlo”.
•
Elizabeth DeShong considera que el mayor desafío vocal como Arsace “es mantener
el enfoque durante los duetos”. Ildar Abdrazakov es fan de Rossini, y una de
sus mayores satisfacciones es haber cantado en la ciudad natal del compositor:
Pesaro, Italia.
•
Semiramide se estrenó en el teatro La
Fenice de Venecia, el 3 de febrero de 1823. (F.F.)
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Foto: Metropolitan Opera de Nueva York. |
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Foto: Metropolitan Opera de Nueva York. |
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