Rompiendo
fronteras tour / 15 y 16 de febrero, 2018 / Dos funciones
/
2:25 hrs. de duración / Promotor: OCESA Promotora S.A. de C.V.
2:25 hrs. de duración / Promotor: OCESA Promotora S.A. de C.V.
David Cortés
¿De
qué trata un concierto de Alejandro Fernández? La pregunta sería ingenua si el
cantante oriundo de Guadalajara y heredero de una tradición vernácula sólo
replicara la trayectoria instaurada por su padre. Sin embargo, la realidad
presenta matices porque el intérprete de quien ahora nos ocupamos ha mutado con
el tiempo y, como bien señala el título de su más reciente producción, se ha
dedicado a romper fronteras entre los géneros.
Una
visita del cantante al Auditorio Nacional también se convierte en una noche de
gala marcada por un desfile de modas. Si bien no existe una rivalidad entre las
seguidoras del cantante, casi todas recuren a sus mejores galas y tornan el vestíbulo
en un muestrario de hermosas vestimentas, lujosos accesorios y una grata irradiación
de perfumes. Cierto, también hay presencia masculina, pero ésta es totalmente
opacada por ellas.
Finalmente,
cuando el lugar se ve inundado por las sombras, la bienvenida la ofrece una
banda de nueve integrantes que de inmediato da muestras de solvencia
instrumental. Es el soporte necesario para quien tiene necesidad de transitar
por diferentes veredas musicales, y podrá hacerlo sin temor alguno gracias a
esa red de protección. La magia, la verdadera ilusión, comienza cuando suena la
voz del líder y se vuelve más espectacular cuando se deja ver sobre el
escenario.
El
tapatío divide la noche en dos partes. La primera está dedicada a la balada
romántica, a los boleros, a canciones lentas en donde habla un corazón
poliédrico, ya sea feliz, ansioso o lastimado; pero también hay espacio para las
composiciones más rápidas que sin llegar al vértigo sí imprimen mayor vitalidad
al set. Aquí es donde aparecen los
condimentos del pop, los coqueteos con los ritmos latinos y el flamenco. Los
metales toman un rol protagónico, la guitarra es más discreta, pero en
ocasiones, las menos, se desboca.
Cuando
la intensidad está en su punto más alto, llega el momento para el espacio de
intimidad y los instrumentos acústicos se apoderan del lugar. Durante unos
veinte minutos todo es placidez, embeleso, el momento romántico predomina y
preludia el arribo de la transición.
Entonces
aparece el mariachi, pero el grupo no se va; los instrumentos eléctricos se empalman
con trompetas y guitarrón y hacen más sedoso el cambio, porque además de un
nuevo vestuario, Alejandro Fernández gira musicalmente a las raíces, recupera
el sentir del charro cantor y lo despliega en un nuevo set que aparentemente está lejos del primero, pero en realidad
habla de cómo este cantante ha sido capaz de unir algo que en una primera mirada
se antojaba irreconciliable: los mundos de la canción vernácula, viril, bravía,
con el universo del pop en donde si bien la fuerza existe, más bien se ve
contenida por la sofisticación.
Aquí
el cantante hace gala de su voz, la exprime, la propulsa a otro nivel; sin
desgañitarse, sin llegar al grito desaforado, le imprime emotividad a temas ya
clásicos como “Contigo aprendí”, “La gloria eres tú” o “Tantita pena” y remata
con uno de su más grandes éxitos, “Como quien pierde una estrella”, en una
interpretación más sentida porque el coro le es arrebatado por el público para
interpretarlo y hacerlo sonar cual si fuera una aria operística.
Luego
de una intentona por despedirse que termina en fracaso, regresa para rendir un
homenaje a Juan Gabriel y decir adiós con otra de esas composiciones que han
arraigado en la expresión de la mexicanidad de esta nación. No hay más, sólo
los ecos de su voz que retumban en el lugar, en la mente de los fans y también
en sus corazones. ♪
La
costumbre de romper fronteras
Fue
en la música ranchera donde Alejandro Fernández dio sus primeros pasos. Sin
embargo, su carrera dio un giro polémico en 1997 cuando lanzó al mercado Me estoy enamorando, álbum producido por
Emilio Estefan Jr. La relación entre el productor y el cantante nació un año
antes cuando El Potrillo grabó
“Puedes llegar” con Gloria Estefan, Jon Secada y Ricky Martin, y que fue tema
de los Juegos Olímpicos de Atlanta.
Me estoy enamorando fue
un álbum de ruptura porque allí el intérprete se decantó por el bolero, la
balada romántica, los arreglos orquestales y algunos toques de mariachi. El
sencillo “Si tú supieras” sirvió de tema de la telenovela María Isabel. Esta producción también lo ubicó como el primer
cantante de origen latino en colocar tres sencillos en las listas de
popularidad: “Si tú supieras”, “En el jardín” (con Gloria Estefan) y “No sé
olvidar”. El impulso que le imprimió a su trayectoria este trabajo fue tal que luego
grabó al lado de Plácido Domingo y Patricia Kass Christmas in Vienna, disco muy bien recibido por la crítica.
Su
material más reciente es Rompiendo
fronteras (2017), compuesto por once temas que fusionan varios géneros enmarcados
por el pop, y en el que se incluye un dueto con la banda colombiana Morat: “Sé
que te duele”. (D.C.).
Programa
Obertura
- En lo correcto / Nada de ti / Unas nalgadas / Pude /
Estuve / Se me va la voz / Qué voy a hacer con mi amor - Qué lástima / Tienes que entender / Canta
corazón / Quiero que vuelvas /
No lo beses / Eres / Te voy a
perder / Me hace tanto bien / Como
yo te amé / Vamos a darnos tiempo / Me dediqué a perderte / Sé que te duele / Guadalajara / Ay Jalisco no te rajes /
Mátalas / La gloria eres tú / La mitad que me faltaba / Agridulce / Cascos ligeros / Contigo
aprendí / Es la mujer / Nube
viajera / Que digan misa /
Tantita pena / Como quien
pierde una estrella / Popurrí de Juan
Gabriel / México lindo y
querido.
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Foto: Chino Lemus / Colección Auditorio Nacional. |
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Foto: Chino Lemus / Colección Auditorio Nacional. |
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Foto: Chino Lemus / Colección Auditorio Nacional. |
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Foto: Chino Lemus / Colección Auditorio Nacional. |
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