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Foto: Chino Lemus / Colección: Auditorio Nacional. |
Infinite Content Tour / 29 y 30 de
noviembre, 2017 / Dos funciones /
2:20 hrs. de duración / Promotor: OCESA Promotora, S.A. de C.V.
2:20 hrs. de duración / Promotor: OCESA Promotora, S.A. de C.V.
Alejandro González Castillo
Cada determinado tiempo nace un grupo cuyas canciones desanudan
las ataduras emocionales de una camada de escuchas que titula al creador de
dichos temas como su portavoz oficial. Arcade Fire es el combo que mejor ha
captado el sentir de la generación que apagó el televisor para activar el wifi, el encargado de hacer que todo ese
hastío que a los llamados millennials
abraza, lejos de tumbarlos en una quieta depresión, los haya llevado a
reflexionar sobre su condición en medio de la pista de baile.
Hoy, los músicos liderados por Win Butler pisan México en
su mejor momento, con Everything now recién
salido del comal. Así que se augura un encontronazo: el choque entre los hipsters aztecas con la banda de mayor hype a nivel global.
Los canadienses emergen de los camerinos con toallas
sobre sus cuellos, calentando músculos como los de la lucha libre hacen, camino
al ring que sobre el escenario se ha tendido. Suena “A 5th of Beethoven” en
manos de Walter Murphy cuando aquellos cruzan cuerdas bajo reflectores para
arrancar con el tema que titula su más reciente plato. Y así viene el acabose.
Con la ausencia de una buena parte de las butacas que frente al escenario
suelen encontrarse, centenas de fans brincan al son de la composición que en el
vestíbulo del foro los recibió en versión vernácula, gracias al mariachi que
compartía atención con los puestos que pins y camisetas vendían. Una bola disco
gira en lo alto del foro mientras Win le canta a las sonrisas fingidas, a los
clics falsos. ¿Quién podría quedarse con las ganas de entonar esos nanananá?
Himnos de estadio, eso es lo que crean el del sombrero y los suyos.
Marimba, violín, clarinete, percusiones que van de
botellas de vidrio a claves y tambores, saxofón, puños de sintetizadores, guitarras,
flauta. Harto instrumental el usado. Un arsenal donde no se asoma una sola
computadora. Todo lo que suena es ejecutado en directo por Régine Chassagne,
Richard Reed, William Butler, Tim Kingsbury, Sarah Neufeld y Jeremy Gara, más
el dirigente de la cuadrilla, quienes intercambian instrumentos con soltura; aunque
son Régine y su pareja sentimental los que acaparan las voces principales. La
primera, agitando mechudos de puntas largas con “Sprawl II (mountains beyond
mountains)”, gozando su tormentoso baile desde un balcón; el segundo, como
equilibrista entre asientos, con las rimas de “Afterlife”, soltando la promesa
de donar una parte de las entradas a “los afectados por el terremoto” y dedicándoles
“The suburbs”.
Buen duelo el de hoy. En una esquina, los de Montreal. Sujetos
de cutis pálido haciendo “Chemistry” sin pena; rockers sin estoperoles que provocan un conato de slam (“Ready to
start”) para de pronto unir los talentos de Abba y Lipps Inc. y así levantar
canciones que hablan de suicidio y vida. Al otro lado, los nacidos aquí. Paisanos
que se dicen listos para buscar en línea, madrugada tras madrugada, señales de
vida (“Signs of life”); atentos escuchadores de viniles desde la tina de baño, amantes
por igual de la anestesia que de la efímera fama (“Creature comfort”).
Los que juegan de locales son los recién llamados mexas, los portadores de chamarras que
en la espalda rezan “México is the shit”, el atuendo que uno de los visitantes,
el rubio de las botas anaranjadas, copia a la hora de regresar a escena, tras
ensayar la marcha, ya acompañado de sombreros charros y del éxito “Wake up”. Y
es justo mientras éste suena que en las redes sociales se empieza a hablar del
hermano mayor de William. Se dice que estuvo entre la gente, aplaudiéndole a Bomba
Estéreo, el acto abridor, y también que se dio una vuelta por Paseo Reforma,
para checar la mercancía que con el escudo de su grupo había. Se escribe y se taguea, se arroba y se postea sin cesar.
Cuentan que ese hombre con miras de héroe tiene las suelas
bien pegadas al suelo, y que por eso él y sus secuaces merecen ocupar el puesto
que U2 dejó vacante. Se asevera que éste es el mejor concierto del año y que,
aunque Chumel Torres —el maestro de ceremonias al arranque de la batalla— dijo
que sería un duelo “a dos de tres caídas”, no hay un ganador. Se teclea que
esto es un empate. Los martillazos digitales no paran. Siguen y siguen mientras
la banda se va hacia los camerinos. Así se aplaude hoy día, así se ovaciona
actualmente. Con un ojo al gato y el otro al garabato. Con el celular, ese
espejo negro y portátil, reflejando los rostros de quienes hay detrás de cada hashtag. ♪
La fiesta que comenzó con un funeral
Everything now es el quinto
álbum de Arcade Fire, una obra que aparece a dieciséis años de que el grupo
naciera, el tiempo justo para que éste se presentara en festivales como Lollapalooza,
Reading, Benicassim, Leeds, Coachella y Glastonbury; coleccionara estrellas de
la mano de medios como Pitchfork, Mojo, NME o Q; acumulara algún
Grammy y preseas por parte del Polaris Music Prize, los Brit Awards
o el Juno Award; y hasta tuviera la
oportunidad de contar con la voz de David Bowie en una de sus canciones,
“Reflektor”.
El mencionado disco luce optimista, incluso luminoso si
es comparado con lo que el grupo mostró en sus platos previos: Reflektor, The suburbs, Neon bible y,
muy especialmente, Funeral, con el cual
Win Butler y sus colegas debutaron en 2004 bajo el amparo de Merge Records y
cuyo título obedece a las circunstancias por las que sus creadores pasaron al
tiempo que se encontraban grabándolo. Y es que mientras le daban forma a temas
como “Wake up” o “Haiti”, la muerte rondó a los de Canadá; tuvieron lugar los
decesos del abuelo de Win y William, de la tía de Richard y también el de la
abuela de Régine. Un duelo generalizado perceptible en la decena de temas que
integran el trabajo. (A.G.C.)
Programa
Everything now / Signs of life
/ Here comes the nightime / Chemistry / Haiti / No cars go / Electric blue /
Intervention / Ocean of noise / Neighbourhood #1 / The suburbs / Ready to start
/ Sprawl II (mountains beyond mountains) / It’s never over (Hey Orphueus) /
Reflektor / Afterlife / Rebellion (Lies) / Creature comfort / Put your money on
me / We don’t deserve love / Everything now (bis) / Wake up.
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Foto: Chino Lemus / Colección: Auditorio Nacional. |
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