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Foto: Colección Auditorio Nacional |
Soliluna / 11 de diciembre, 2004 / 496 asistentes / Función única /
2:45 hrs. de duración / Promotor: Libertad Estrada
Patricia Ruvalcaba
En la era del mestizaje deliberado, tal vez sea la música el terreno donde el fenómeno es más patente. Iraida Noriega y Magos Herrera, dos de las jóvenes voces más importantes del jazz nacional, forman parte de esa tendencia a la fusión. En Soliluna, su trabajo conjunto más reciente, bolero y folk, bossa y pop, rock y rancheras, e incluso pirecuas, conviven en eufónica hermandad gracias al tratamiento jazzístico.
Iraida fue iniciada en la música a los 17 años por su padre, el conocido cantante y pianista Freddy Noriega. Es arreglista, compositora, y ha grabado cinco discos; Viaje de mar es el más reciente.
Miembros de una generación que está sacando al jazz mexicano de las catacumbas, ambas colaboraron por primera vez en el proyecto Mexican Divas, que en 2002 las llevó a realizar una gira promocional. En ese periplo confirmaron que son gemelas estéticas y gestaron la idea de un disco a dúo, Soliluna. Además de ser un homenaje a canciones que han acompañado sus vidas, Noriega lo ha definido como un intento de “enaltecer la energía creativa femenina”, sin perder de vista a su complemento, las fuerzas masculinas.
Un público inquieto, vibrante, atestaba el Lunario para la presentación de este proyecto. Iraida, con vestido mamey y tatuaje en la zona sacra, y Magos, con vestido azul pálido, entonaron “Soliluna”, canción de cuna de Víctor Martínez. Este “arrullo para la humanidad” invadió la sala con una languidez maternal. Iraida se quedó sola y cambió de tono con “¿Quién eres tú?”. Siguió con “Hijo de la luna” de Mecano, que parecía una prima bonita de la versión original. La artista jugó a crear el mundo en “El dolor de tu presencia”, En “Viaje de mar”, pieza dulce y aérea, se le unió Magos. Ambas voces volaban, literalmente, y parecían jalar con un hilo a quienes escuchaban. En la segunda parte, Magos se elevó más aún. Si “Agua”, de su autoría, fue una inmersión vital, “Cuando sale la luna” fue una delicada punción en la zona amorosa. Si “Luz de sol” comparó la fragilidad humana con la eterna fuerza solar, “Los sueños de Josefina” recordó que la tragedia nos puede alcanzar en el mismo paraíso.
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Foto: Colección Auditorio Nacional |
Fue una sesión intensa: las vocalizaciones iban de la pirotecnia al susurro, el piano exploraba los matices del agua y del sol, el saxo lamentaba, el contrabajo indagaba, las percusiones guiaban, los arreglos rozaban la ortodoxia o se deleitaban en la heterodoxia. Las improvisaciones de los nueve músicos acompañantes eran intachables. “Exquisito” proclamó palmas y besos finales del público a estas artistas que, con alevosía y ventaja, protagonizan el mestizaje del jazz made in Mexico.
Músicos acompañantes
Pianos:
Enrique Neri y Mark Aanderud
Contrabajos:
Aarón Cruz y Luri Molina
Batería:
Tony Cárdenas y Alex Kautz
Guitarra:
Ken Basman
Saofón:
Diego Maroto
Trombón:
Rey David Alejandre
Programa
Dúo:
Soliluna
Iraida Noriega:
Quién eres tú
Hijo de la luna
Por un amor
El dolor de tu presencia
Dúo:
Viaje de mar
Magos Herrera:
Norweigian Wood
Agua
Cuando sale la luna
Chovendo na roseira
Luz de sol / Necesito un sol
Dúo:
Los sueños de Josefina / Dreams
Delirio / Bésame mucho
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