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Foto: Colección Auditorio Nacional |
Toy Story II / 9 de julio al 11 de agosto, 2002 / 60 funciones / 268 176 asistentes /
1:45 hrs. de duración / Promotor: RAC Producciones S.A. de C.V.
Karla Otero
“Me debo estar encogiendo como un telescopio”, piensa Alicia al beber la pócima que la reduce de tamaño antes de iniciar su aventura por el País de las Maravillas. Algo parecido sucede a quienes tuvimos el agrado de presenciar la ya tradicional temporada de Disney on Ice en el Auditorio Nacional.
Una vez más, después de dar oficialmente por terminadas las labores escolares, el verano es todo tiempo libre para los niños: no más desmañanadas, clases tediosas, regaños de la maestra o tareas interminables. Ahora podemos disfrutar del nuevo espectáculo de Disney, Toy Story II, en la más reciente producción de Feld Entertainment, donde los juguetes cobran vida para hacernos partícipes de sus divertidísimas aventuras hasta dejarnos con la boca abierta, gracias a la magia de la tercera dimensión y las miles de piruetas y acrobacias con que se deslizan por el hielo.
Mickey, Mimí, Donald y Tribilín son los primeros viejos amigos en surcar el escenario a bordo de una espectacular nave espacial. Su misión es preparar a la audiencia para la aventura que está por comenzar. Parecen estar perdidos en alguna galaxia lejana y sólo Mimí conoce el camino de regreso a casa: el cuarto de Andy, afortunado dueño de los juguetes que muchos conocimos gracias a la animación cinematográfica, pero también en vivo y a todo color, cuando nos visitaran el año pasado. Emocionante reencuentro: el larguirucho vaquero Woody, el señor y la señora Cara de Papa, Slinky, el perrito con cuerpo de resorte, el nervioso dinosaurio Rex, Hamm, el simpático cochinito de alcancía, la coqueta Bo Peep y, por supuesto, nuestro héroe Buzz Lightyear, de nuevo entre nosotros. Además, no podían faltar el ejército de soldados verdes y el pequeño pingüino Wheezy con quienes se abren las tapas de esta inmensa caja de juguetes.
En esta nueva producción de Disney, como en el dislocado mundo de la Reina de Corazones, los asistentes nos volvemos gigantes y luego pequeñitos, en un lugar pletórico de sorpresas. De pronto, estamos en el cuarto de Andy, reducidos al tamaño de un niño para participar de sus conversaciones, temores y alegrías, cuando Slinky anuncia sobresaltado lo que todos los juguetes temen: “¡venta de Jardín, hay una venta de jardín!”, y todos corren despavoridos con miedo de que la mamá de Andy decida ponerles precio e incluirlos en la mesa de exposición. El único desdichado es el Pingüino Whezzy, quien ha perdido su rechinador (la válvula que le permite cantar) y por ello es seleccionado para ser vendido. El valiente vaquero Woody decide rescatarlo, pero la suerte no está a su favor y el avaricioso comerciante de juguetes Al lo atrapa, para dar inicio a una odisea infantil que nos atrae de principio a fin.
Como Alicia al ir tras el conejo, el vertiginoso transcurso del espectáculo nos hace sentir estar corriendo todo el tiempo. Tras seguir a los amigos de Woody para acompañarlo en sus aventuras, tomamos de nueva cuenta nuestro tamaño habitual y somos testigos de los nefastos planes de Al.
Este alucinante cambio de perspectivas responde a uno de los retos principales de los productores: jugar con las dimensiones, lograr que “el público vea el mundo a escala de un ser humano y después desde la perspectiva de un juguete pequeño”, e imprime gran dinamismo al espectáculo.
Antes de llegar a la granja de juguetes de Al, donde se encuentra secuestrado Woody, sus amigos viven varias aventuras. Sin duda, la más emocionante y peligrosa de todas está en las peripecias de cruzar una gran avenida. Para lograrlo, los juguetes se esconden bajo unos conos de tránsito, situación que provoca un caos vial pues los conductores no saben cómo reaccionar ante los conos que se mueven misteriosamente. Más de una docena de conductores a bordo de sus pequeños autos hacen miles de giros y piruetas sobre el hielo; el embrollo vehicular resultante despierta las carcajadas de los niños y termina cuando aparece un gran tráiler de 16 metros que en sus costados anuncia una pasta de dientes. Cuando el vehículo se estrella, deja salir su contenido ante el asombro de todos los espectadores.
La obra culmina con el rescate de Woody y la vaquerita Jesee. Cuando el malvado Al esta a punto de llevarlos a Tokio para ser vendidos a un museo, aparece nuestro héroe Buzz Lightyear y con el grito de “¡hasta el infinito y más allá!” logra salvar a sus amigos, bajándolos de un avión en pleno despegue. Un gran tren de aterrizaje se desprende del techo del Auditorio, y el impacto se acentúa cuando de él descienden Woody y la vaquerita.
Al final, todos los juguetes hacen una gran fiesta en el cuarto de Andy, y se disponen a escuchar al Pingüino Wheezy, que ha estrenado rechinador y canta para sus amigos con una brillante cortina como telón de fondo.
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Foto: Colección Auditorio Nacional |
Los niños quedaron cautivados con el espectáculo. Los más aventureros, prefirieron las peripecias de su héroe espacial, mientras que los más pequeños se maravillaron ante la cortina de Wheezy, las acrobacias de Woody, los movimientos del señor Cara de Papa o la trepidante escena de los autos. Rosario Martínez, de siete años, dijo: “Me gusta cuando Woody se baja del avión y regresa a su casa”. Por su parte, Andrea Stepanenko, de cinco, quedó fascinada por la escenografía: “ me gusta mucho la cortina que sale cuando canta el pingüinito”, aseguró. Todos coinciden en que esta presentación de Disney es una aventura inolvidable, a la altura de un sueño que hemos compartido y que ahora va por su aniversario número setenta y siete.
Programa
Primer acto:
Preludio
El plantea de Zurg
La Habitación de Andy
Canción: Los juguetes han vuelto
La pesadilla
La venta de jardín
El departamento de Al
Canciones: Jessie la vaquerita, El rodeo de Woody
La habitación de Andy
Canción: Hold On I´m Coming
La calle Main
Música: An American in Paris, Concerto in F, Rhapsody in Blue
Segundo acto:
La granja de juguetes de Al
Canciones: Wipeout, Fun, Fun, Fun, Surf City, Surfin’ USA, California Girls, Tequila.
El departamento de Al
Canciones: Cuando ella me amaba, Buenas noticias, Yo soy tu amigo fiel
En los ductos
Documentación en el aeropuerto
Las rampas para el equipaje
En la pista de despegue
La habitación de Andy
Canciones: Yo soy tu amigo fiel, Shout, Los juguetes han vuelto ya
Elenco
Buzz Lightyear: Igor Sinioutine
Jessie : Lisa Cornelius
Woody: Eddy Zeidler
The Prospector: Dmitri Botcharov
Rex: Derek Brittain
Hamm: Richard Stringer
Slinky: Kristian Ryan
Señor Cara de Papa: Shae Green
Y 48 patinadores más.
Créditos
Producción
Kenneth Feld
Director y vicepresidente de desarrollo creativo
Jerry Bilik
Coreógrafo
Barry Lather
Diseñador de vestuario
Frank Krenz
Diseñador de escena
Loren Sherman
Diseño de iluminación
LeRoy Bennett
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