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Foto: Colección Auditorio Nacional |
Día mundial del medio ambiente / 5 de junio, 1996 / Función única /
2:30 horas de duración / 7,206 asistentes
Por fin da comienzo la batalla rocanrolera-ecologista en nuestro país. Porque en E.U. y en Europa empezó hace ya tiempo, con importantes exponentes del género, algunos muy grandes como Santana o Sting. Y porque ya era hora de pasar a las grandes convocatorias para salvar al planeta, como la que el rock es capaz de ejercer, sobre todo entre la juventud. Por fin reunieron sus esfuerzos artistas, organizaciones independientes y gubernamentales, compañías privadas y la TV, para un bien común: promover y provocar la conciencia ecológica, en un evento transmitido en cadena trinacional Canadé-E.U.-México organizado por el Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norteamérica (creado en nuestro país a principios de 1995), como parte del Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte.
Con el objetivo de dar un grito sacudidor, pero musical y esperanzado, se reunieron en el Auditorio Nacional las voluntades de varios músicos mexicanos: los grupos Cielo y Tierra, Fobia y Maná, y la cantante Eugenia León, en algo que, más que un concierto, fue un gran llamado de atención, porque: “la Tierra ha sido más dañada en 40 años que en los 5 mil que lleva de existencia, porque es urgente salvar a nuestro planeta, porque todos podemos, desde nuestra pequeña y cotidiana existencia ejercer acciones que tienen mucho más repercusiones de lo que imaginamos…”
En un atractivo y cálido escenario compuesto por siete grandes escudos pintados con símbolos de las fuerzas naturales (fuego, viento, sol, luna, estrellas, agua y el planeta Tierra) desfilaron, uno a uno, estos representantes de la nueva música que lleva un par de décadas gestándose en México y que conmueve por su enorme calidad, por su conciencia, su fuerza, sus mensajes, su rebeldía constructiva. Asimismo, se proyectaron videos con imágenes de los desastres ambientales, pero también de historias exitosas referentes al medio ambiente; el conductor y periodista Ricardo Rocha, junto con Ricky Luis y Graciela Mauri, habló de temas como el estado del medio ambiente, la flora y la fauna, la mariposa Monarca, la tortuga marina, la contaminación en la Ciudad de México…
Una agradable sorpresa fue la apertura a cargo del grupo Cielo y Tierra, no muy conocido, que ofreció una interesante fusión de rock suave y música indígena con mensajes claros y fraternales. Luego vino Eugenia León, cuya potente voz ofreció una mezcla muy ecléctica de clásicos rancheros y canciones de protesta, una muy picante y con gran sentido del humor –“Víctimas del pecado neoliberal”- la nota intelectual del evento. Pero a quienes esperaban la mayoría de los chavos allí presentes (en varias ocasiones mostraron su impaciencia) eran a los más rocanroleros, la promesa de la noche: Fobia y Maná. El primero interpretó, junto al gran coro de 7 mil espectadores, varias de sus más conocidas canciones, haciendo un llamado a la “Revolución sin manos”, sin violencia. Y Maná volvió (por segunda vez en el año en este escenario) a exponer, al lado de tiernas canciones como “¿Dónde jugarán los niños?”, las diferentes facetas de su campaña ecologista: su llamado de atención sobre la selva tropical, devastada ya en un 50%, su denuncia contra el presidente Jacques Chirac (“¿asesino ambiental?”) y su promoción del preservativo.
Ojalá que no se olvide el gran esfuerzo que representó este concierto, que se repital y que sea el comienzo de una gran cadena fraternal.
Participantes
Cielo y Tierra
Madre Tierra
Nayahuasca
La Tierra es nuestra
Piedras de fuego
La promesa del pescador
Eugenia León
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Aquí me quedo
Paloma
No me amenaces
Víctimas del pecado neoliberal (de Jesusa Rodríguez, Tito Vasconcelos y Liliana Felipe)
Fobia
Revolución sin manos
Veneno vil
Hipnotízame
Sin querer
Maná
Déjame entrar
Sigue lloviendo
Selva negra
Cuando los ángeles lloran
Reloj Cucú
¿Dónde jugarán los niños?
Rayando el sol
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